viernes, 4 de noviembre de 2011

PEDALEAR EN INVIERNO

Hasta hace unos años la llegada del invierno suponía para muchos el tener que colgar la bicicleta; ahora, gracias a las prendas confeccionadas con tejidos técnicos, podemos seguir pedaleando con normalidad durante los días más desapacibles.


Defendernos del frío
Este fenómeno, adverso a nuestra fisiología, no se puede definir con unos parámetros fijos. La medida que leemos en el termómetro sólo nos aproximará vagamente a la realidad ya que lo realmente importante es lo que se conoce como sensación térmica; esta se determina, además de por la temperatura, por otros factores como la velocidad del viento, el grado de humedad del aire o la presencia de luz solar directa. También debemos tener en cuenta que el ciclismo es una actividad muy dinámica y el grado de esfuerzo corporal, en ocasiones, muy elevado por lo que la transpiración (sudoración) aumenta de manera notable; hemos de procurar siempre que el nivel de humedad, especialmente en invierno, que retiene nuestra ropa, sea mínimo; a la incómoda sensación de estar mojados deberemos sumarle la dificultad que nuestro organismo puede tener para regular su temperatura en esas condiciones.

Medida 
termómetro      Sensación de temperatura con viento a:
                         
                           10 km/h    20 km/h 30 km/h 40 km/h
14                          12              8              6              5
12                          10              6              3              2
10                           8               3              1             -1
8                             5               1              -2           - 4
6                             3              -2              -5            -7
4                             1              -5             -8           -10
2                            -1             -7            -11           -13
0                            -4           -10            -14           -16
-2                           -6           -12            -16           -19


Ropa Interior
Es la que está en contacto directo con la piel, siendo totalmente desaconsejable utilizarse como prendas exteriores. Camisetas, legins (calzón largo), calcetines, pasamontañas y guantes finos compondrían un traje interior completo para un perfecto aislamiento. Con la aparición de tejidos elásticos térmicos (Lycra, Elastan...), el uso de prendas interiores ha quedado relegado para condiciones extremas. 

Las propiedades que deben tener este tipo de prendas son las siguientes:
-Ajustarse al máximo al perfil de nuestra piel, por lo que es necesario que estén elaboradas con un tejido elástico o de punto. 
-Estar fabricadas a base de una hilatura que posea muy baja conductividad térmica (polipropileno, vinilo... ) para que, de esta manera, no se transmita el calor corporal hacia el exterior.
-Tener una capacidad mínima para absorber la humedad (fibra seca), de modo que el sudor no empape el tejido, restándole propiedades aislantes y creándonos una gran sensación de incomodidad. 
Nombres como Coolmax, Trevira, Thermastat, Thermolactyl, Thermax, Thermothebe, Rhovilon, Meraklon... son los que corresponden a las denominaciones comerciales que cada fabricante da a un tejido elaborado a base de hilatura de polipropileno, tetracloruro de polivinilo (clorofibra o triboeléctrica) o algún material semejante. Todos ellos cumplen a la perfección su misión aislante. La lana posee propiedades similares a las de estos materiales y, al tratarse de un tejido natural,  tiene un tacto mucho más confortable pero, en casos de sudoración máxima tiende a absorber más agua que las fibras sintéticas siendo más difícil su secado. 

Prendas Medias 
Estas son las que nos aíslan directamente de los elementos, debiendo reunir para tal fin las siguientes características:
-Permitirnos movimientos holgados. 
-Favorecer la penetración aerodinámica.
-Poseer un buen índice de transpiración (así se evapora la humedad producida por el sudor).
-Tener fácil secado. 
Por la configuración especial de nuestro deporte es imprescindible el uso de un pantalón insustituible por razones de ergonomía y protección: sería muy difícil encontrar otra prenda que cumpliera las funciones del culote.
Cuando nos referimos a esta prenda debemos relacionarla muy íntimamente con el mundo de los tejidos elásticos. Con el nombre de Lycra (denominación comercial de un hilo producido por la multinacional Dupont) se define erróneamente a todos los tejidos que disfrutan de un alto coeficiente de elasticidad.
Un tejido elástico se construye a partir del entrecruzado (trama y urdimbre) de hilos. Estos hilos pueden ser de algodón, poliester, propileno, etc. El porcentaje de elasticidad viene dado por el número de hilos que han sido sustituidos por otros elásticos. Por ejemplo, si de cada 10 hilos 2 son de Elastán o Lycra dispondremos de un tejido con un coeficiente del 20 % de elasticidad.
Otro factor muy a tener en cuenta es que los hilos elásticos pueden ir en la dirección vertical u horizontal del tejido, o en ambas. Cuando una prenda ha sido elaborada con un paño que tiene hilos elásticos en las dos direcciones se la denomina bi-elástica (o tejido bidireccional). En tal caso, al estirar el tejido, éste tiende a reticular en todas direcciones, ofreciendo así una máxima adaptación a nuestra anatomía.
Al confeccionar un paño de tejido elástico se pueden emplear hilos de materiales de baja conductividad (polipropileno, lana... ), de esta manera se obtienen prendas térmicas. 
Otra técnica empleada para la elaboración de culottes térmicos es la de “perchar” (cardado que ofrece un aspecto algodonoso) la cara interna del tejido, la que está es contacto con nuestra piel, de manera que dispongamos de una cámara de aire caliente entre nosotros y el exterior. 


Para la confección de maillots o jerseys se vienen empleando últimamente con bastante éxito tejidos polares (termo-fleece o forro polar). Este tipo de material es uno de los que ha tenido últimamente una mayor penetración en el mercado de la ropa de técnica. 
Los fabricantes más técnicos de maillots ciclistas han sabido confeccionar este tipo de prenda mezclando fibra polar con materiales externos resistentes al aire o a la humedad, pero ya entramos de lleno en las prendas exteriores.

Prendas exteriores y para situaciones especiales.
Según hemos visto hay materiales aislantes que poseen muy buenas cualidades térmicas y dinámicas, pero que necesitan una cubierta exterior por ser muy sensibles al aire y a la humedad. La lluvia, la nieve y el viento no siempre entran en nuestros planes, pero es fácil que durante el invierno no pocas veces nos tengamos que enfrentar con ellos.
Los tejidos que se utilizan con este fin es necesario someterlos a determinados procedimientos de impermeabilización para lograr mejorar sus prestaciones, intentando evitar, por otra parte, el hecho de que las telas excesivamente impermeables no transpiran (¡ojo a los chubasqueros de plástico!).
De todos los tratamientos de impermeabilización hay tres que cabe distinguir:
Hidrofugado
Se logra sometiendo el tejido a un baño en un producto químico, de apariencia oleosa (teflón, generalmente), para conseguir que sus hilos se empapen de él. El objetivo es impedir al tejido absorber el agua.
Membranas microporosas
Estas se adhieren al tejido, por diversos procedimientos, dotándole de una “segunda” piel que le permite eliminar el vapor de agua formado por la transpiración e impide la entrada de gotas de agua del exterior (lluvia, fundamentalmente). Gore Tex, Wind Stopper, Wind Tex, Wind Out etc.
Membranas poliméricas
A diferencia del microporo estas membranas están compuestas por pares de moléculas que absorben el vapor de agua y lo rechazan químicamente al exterior (osmosis). Hay muy pocos tejidos que utilicen este sistema entre los que se encuentran el M.I.T.B y el Textrem.

Cómo vestirse 
Indumentaria para la época invernal (sin condiciones extremas) 
PIES: calcetín de polipropileno y calzado clásico.
PIERNAS: culotte largo o corto con perneras. 
TRONCO: camiseta interior polipropileno, maillot de manga larga.
MANOS: guantes finos de lana o poliester y otros cortos encima.
CABEZA: Casco, gafas y orejeras de lana o fleece (de cinta ancha).
REPUESTO:  Chubasquero. 

Indumentaria para condiciones extremas.
PIES: calcetín de polipropileno, clorofibra o lana termógena, calzado clásico y cubrebotines cortaviento.
PIERNAS: calzón largo térmico (interior) y culotte largo o sólo un culotte térmico.
TRONCO: camiseta interior de polipropileno  o clorofibra y maillot térmico (forro polar , fleece...) dotado con tejido exterior cortaviento (poliester, neopreno...)
MANOS: guantes largos térmicos impermeables (en caso de frío extremo debajo unos finos de lana o propileno).
CABEZA: casco, pasamontañas de polipropileno, clorofibra o lana y gafas.
REPUESTO: chubasquero de material microporoso.

CONSEJOS 
Las gafas
Este es uno de los componentes que no debería faltar en el uniforme de un ciclista, no sólo por la protección que ofrecen frente a la exposición a rayos ultravioleta (UVA) o infrarrojos, sino por el papel que juegan en preservar nuestros ojos de las bocanadas de aire frío que podemos afrontar en una jornada ciclista, amén de aislarnos de partículas sólidas o insectos.
 ¿Vestirse como los campeones?
A todos nos gustaría parecernos a esos grandes mitos que vemos pedaleando por el Gavia, el Paso Tonnale o el Pordoi con un metro de nieve a cada lado de la carretera, luciendo sus musculosas piernas en una jornada que suele ser catalogada de infernal. Pero ni nuestra preparación física es la suya, ni tenemos un coche de apoyo que nos va suministrando bebidas calientes, ni debemos cumplir con ningún contrato publicitario. Moraleja: abrígate hasta sentirte cómodo aunque no te parezcas al de las fotos 
¡Estoy mojado!
Después de la ascensión a un puerto de varios kilómetros es muy fácil que, por la excesiva sudoración, tengamos empapada la ropa. Si eres de los que, una vez ganada la cota más alta, disfrutas sentándote a comer las minucias que llevas en el maillot y dejas descansar unos minutos las piernas, puedes aprovechar para quitarte la camiseta interior y extenderla sobre el manillar o en un matorral para que el aire y el sol la sequen. Nosotros hemos comprobado como una camiseta de polipropileno queda completamente seca en menos de 10 minutos en pleno mes de enero. 
No olvides nunca abrigarte mientras estés parado; la chaquetilla cortavientos (chubasquero) que llevas preparada para el descenso puede ser la prenda ideal. 
El casco
Durante el invierno este complemento de nuestro equipo es tan necesario como el resto del año, pero algunos usuarios se encuentran con serios problemas: el casco no nos cabe en la cabeza con orejeras o un gorro y el aire frío se encarrila por las ranuras de ventilación. 
Para conseguir ponernos el casco con un gorro o pasamontañas podemos recurrir a quitarle las almohadillas laterales que lo ciñen a nuestra cabeza (o sustituirlas por otras más delgadas). Tampoco desestimes comprar un casco de talla mayor para emplearlo sólo en invierno. 
Si te resulta molesto el aire que penetra por las ranuras de ventilación puedes hacer algo tan sencillo como pegar una cinta adhesiva ancha (tipo precinto) en el interior del casco para obturarlas. Esto sólo debes hacerlo con las aberturas que hay en la parte delantera del casco para así permitir la evaporación de sudor por las ranuras posteriores.
Los pies fríos
Muy pocos nos hemos librado de padecer esa desagradable sensación de pies congelados tan asociada al ciclismo invernal. 
La elección de unos buenos calcetines, las zapatillas invernales y el uso de cubrebotas (escarpines) pueden minimizar al máximo este fenómeno pero hay una cosa muy simple que debemos tener en cuenta para evitar que esto ocurra: no apretar el cierre de las zapatillas en exceso. Si comprimimos el calzado estamos dificultando el riego sanguíneo en los pies y este es un determinante básico para que se enfríen

Autor: PABLO BUENO
INFORME: Pedalear en Invierno
Publicación: Ciclismo a Fondo